Desde que vi el primer vinilo supe que quería uno sí o sí para decorar mi piso. Así que cuando decidí decorar la habitación infantil fue lo primero que pensé antes de nada, quería que ocupara una pared entera, así que me dispuse a buscar uno que me gustase, pero los que me gustaban eran demasiado caros, entonces se me ocurrió que podía intentar pintarlo yo. Busqué un dibujo que me gustaba y me dispuse a ello.
Puede que penséis que pinto muy bien, pero nada más lejos de la realidad, pero tenía que intentarlo, vamos que se me metió entre ceja y ceja.
Lo primero que hice fue imprimir el dibujo a tamaño folio, lo dividí en porciones de 2cm, luego escalé la pared de la misma forma, pero cada porción del folio correspondería a 20cm en la pared, para que fuera más fácil.
Para escalarlo en la pared utilicé lana y washi, porque el washi se puede despegar fácilmente de la pared sin dañarla.
Una vez todo listo me dispuse a dibujar, para ello usé tiza de esta forma si no era capaz de hacerlo o no me gustaba borraba y listo, pero sorprendentemente me quedó bien y me dispuse a pintar con pintura, yo utilicé pintura normal para pintar la pared, compré un bote de color blanco y tinte negro, ya que quería pintar en tonos grises, y este es el resultado.